El Invitado de Drácula - Si te gustó...
...la llegada de Jonathan al castillo y el estilo narrativo de Bram Stoker
El Invitado de Drácula (Bram Stoker, 1914)
Relación con Drácula: es un relato previo por el propio autor del que bebe la primera parte de la novela
Resumen: un joven se dirige por cuestiones de negocios al castillo del misterioso Conde Drácula, coincidiendo con la ominosa Noche de Walpurgis[1].
Releído con un par de vasicos de sidra.
¡SIN SPOILERS, LO PROMETO!
En el caso de este relato, debo de reconocer que surgió el dilema de si incluirlo dentro de la subcategoría de «Drácula de Hacendado» o en esta categoría de recomendaciones, pero, teniendo en cuenta que no se inspira en Drácula (Bram Stoker, 1897), sino que es, con casi total seguridad (con estos temas siempre está bien guardar cierto escepticismo) un borrador de una versión previa de la obra cumbre del autor (aunque publicado a posteriori como relato auto-contenido), me he decidido por la segunda opción. Especialmente porque, ahora mismo, teniendo la llegada de Jonathan al castillo tan reciente, es el momento ideal para ver de qué otra forma podría haber cobrado forma esta historia.
Por supuesto, el mayor punto de interés que se puede encontrar buscando una lectura cercana a Drácula es la ambientación: un hombre joven -y que todavía tiene que caerse un par de veces del guindo por su propio bien- emprende un viaje por lejanas tierras (y aquí tampoco nos libramos de algunos comentarios raciales…cuestionables cuando menos) hasta llegar a un castillo siniestro en el que se verá atrapado por el que supuestamente iba a ser su cliente.
Además se incluyen algunos detalles sobre los que no diré demasiado, pues veo los paralelismos más cercanos con partes posteriores de la obra (para quién todavía tenga que sorprenderse), donde se pueden ver semillas de lo que sería luego pasajes enteros de la obra. Por el contrado, si bien la personalidad del Conde es la misma en «su centro», aquí es aún más drama queen y hay algo acerca de él que se hace ciertamente más incómodo que en su «versión definitiva».
Por último, la mayor razón para recomendar esta lectura a pesar de que, técnicamente, debería ser como leer una versión corta y menos trabajada de la primera parte del arco argumental de Jonathan es, con total honestidad, que se aleja bastante del resultado final, incluso con sus similitudes (que incluyen hasta la curiosa relación entre lobos y vampiros). En otras palabras: no se sentirá como estar volviendo a lo mismo de nuevo, y bien puede curar el mono que se viene en uno de los hiatos largos que nos esperan.
Ahora, en sí misma: ¿por qué merece la pena como tal leer El Invitado de Drácula? Porque una de las cosas que mejor se le da a Stoker es crear ese aura de peligro continuo, de amenaza tapada por lo mundano cuando, en realidad, de mundano tiene poco la situación. En resumidas cuentas: hay que leerlo porque es una lectura breve que, por mucho que la bibliografía de Stoker no sea ni de las más brillantes ni de las más prolíferas, Drácula no fue un mero accidente.
El talento y la creatividad eran parte intrínseca de quién era como escritor.
Y, bueno, en un momento dado de la obra se burla de los ingleses muy sutilmente (ja), y eso siempre es un punto. Además, si se lee, lo más probable es que acabéis aprovechando para leer algo más del autor, pues se suelen editar la mayor parte de sus relatos cortos juntos de un tiempo a esta parte. Recomiendo especialmente El Entierro de las Ratas (1981 aprox.).
Y esto es todo. En resumidas cuentas: relato breve perfecto para una tarde tonta de invierno. Espero que con lo poco que os he hecho llegar baste para convenceros de leerlo. A continuación, os dejo cosicas relacionadas:
· PDF muy legal en la lengua de Billy Shakes (ingles) de este relato y otros tantos.
· También del otro relato que os recomendado, esta vez traducido.
· De las ediciones en físico, por mucho que sea algo más cara, por su cuidado en la edición y su cantidad e informativas notas, recomiendo la edición de Valdemar (ambos relatos recomedados se incluyen).

[1] Noche del 30 de abril al 1 de mayo. Se solían encender hogueras para espantar a las brujas y, posteriormente, se adaptó por el cristianismo para protegerse contra plagas (muy apropiado teniendo en cuenta cuál es uno de los elementos principales de las tres iteraciones de Nosferatu)