Interludio: Ranking de Otros Chupasangres
Interludio entre el 5 de Junio y el 17 de Junio, cuando nuestro amigo Jonathan Harker dejará de hacernos ghosting. No me ha dado tiempo de revisarlo, así que, por favor, sed buenas gentes.
Como persona que está escribiendo esto mientras está en el cénit de Succession, voy a haceros sufrir la comparación totalmente innecesaria entre el Conde Drácula y Logan Roy (Brian Cox en la serie de HBO; de hecho, si hiciera una lista de «no son vampiros, pero…» este señor entraría de cabeza): ambos son de mis personajes ficticios favoritos, escritos con mucho matices, cosa que los hace inolvidables…pero también son dos de las «personas» que, si estuvieran en la misma habitación que yo, destrozaría de la forma más cruel que se me pudiera ocurrir en ese momento (matones despreciables que usan su poder e influencia para conseguir lo que quieren y generar relaciones de abuso y dependencia sobre aquellas personas de las que necesitan algo). Y si ya me dejaran «Saw-trap them»… El punto es: Drácula, gran personaje, a pesar de ser un «ser humano» horrible; pero no es, ni de lejos, el único vampiro icónico-TM. Así que, aquí entre desgracias de nuestros protagonistas y desgracias de nuestros protagonistas (y otra gentecilla todavía por aparecer), os traigo un listado de mi Top-10 Vampírico más allá de Vlad de toda la vida en detalle más los que se quedaron fuera «por los pelos». Ah, y como estamos en Junio (El Orgullo es una lucha, no una celebración), nota, tanto por canon como por headcanon…en esta lista no hay ni un solo personaje heterosexual:
1. Nadja (Lo que Hacemos en las Sombras) – Espera, ¿que mi puesto número uno es para una de las co-protagonistas de una sitcom mamarracha grabada en forma de mockumentary sobre vampiros viviendo en Nueva Jersey? Pues sí. Como tantas veces ocurre en el mundillo de la comedia, para lograr que aguantes su absurdidad durante más de media hora y, además, te rías con aún más fuerza cada vez que uno de sus personajes haga algo y/o acabe en una situación impensable, esta serie se ha cuidado mucho de crear a un grupo de personajes carismáticos e inolvidables. Entre ellos, esta vampiresa (¿vampira?) de origen griego, con una backstory que equilibra a la perfección absurdidad cómica y drama humano. Divertida (tanto a proposito como accidentalmente); buena líder hasta que se pasa de lista, o se auto-boicotea; egoísta y arrogante, pero con una gran capacidad para preocuparse de aquellos cercanos a ella; abiertamente bisexual y en una relación tan problemática como adorable (juzgadme si queréis) con su marido, al que ella misma convirtió… Es lo que en los mundos de internet se llamaría a día de hoy «the most character ever». Especialmente en lo que respecta al vampirismo; Nadja representa de manera magistral el paradigma de estas criaturas inmortales: totalmente fuera del tiempo que ahora le está tocando vivir, a la par que con siglos y siglos de experiencia que le hacen tener una capacidad resolutiva bastante superior al común de los mortales; capaz de empatizar con las realidades de muchos más humanos con contextos mucho más dispares a lo que ella conoce, a la vez que siente muchos menos reparos a la hora de matar, incluso a aquellos que de verdad le importan y con los que tiene un vínculo afectivo real.
2. Lestat de Lioncourt (Crónicas Vampíricas de Anne Rice) – Para mucha gente, lo sé, Lestat debería estar el número uno y…si Nadja no existiera, pues así sería. Uno de los mayores, hablando en plata, hijos de puta de la literatura, el cine (el mejor papel de Tom Cruise, ahí me planto) y la televisión (Sam Reid no se le queda atrás al experto en tirarse de edificios…); un desastre andante al que se le da muy bien fingir que lo tiene todo controlado (a veces, incluso en verdad tenerlo por breves periodos de tiempo) y que abusa de todos los dotes que le han dado tanto la naturaleza como sus dones oscuros todo lo que puede y más. Es cruel, juguetón, sabe perfectamente lo que es y lo viste con orgullo en un mundo de criaturas de la noche escondidas y sombras chinescas que incluso los humanos tiran sobre su propia identidad. Cuando uno piensa en lo que un vampiro culturalmente es a día de hoy, se conozca o no la obra de Anne Rice (en paz descanse, a pesar de su odio visceral hacia el concepto de fanfic, con el que nunca podré concordar), lo que nos viene a la mente es todo lo que Lestat representa porque, genuinamente, lo es. Y, a pesar de todo, Lestat siente y pena; sin dejar de ser un monstruo en todos los sentidos de la palabra, es también uno de los personajes más sentidos con los que me he cruzado nunca, con un romance tan problemático como inolvidable con el moñas (affectionate) de Louis, ¿qué más se puede pedir?
3. Padre Paul Hill/Monseñor Pruitt (Misa de Medianoche) – Hay quién dirá que es spoiler incluso el ponerlo en la lista. ¡Demonios, incluso el poner sus dos identidades! Sin embargo, creo que la obra de Mike Flanagan no intenta sorprender; lo que intenta transmitir, lo que intenta revolver en nuestro interior, va más allá de un buen plot-twist. Si mis dos primeros chupasangres son claros ejemplos de la naturaleza unapologetic de muchas de estas criaturas, este hot priest (lo siento, bueno, NO) es la encarnación viviente de la culpa católica y la tragedia del héroe romántico gótico. Alguien tan obsesionado por un error de su pasado que, cuando se le da la oportunidad de poder volverlo a intentar con la persona que una vez dejó ir, cuando puede volver atrás aunque sea de un modo atroz, de la mano de una criatura cuya majestuosidad le podrían hacer pasar por un ángel, aunque todo lo demás grite lo contrario…acepta. No solo acepta, sino que encuentra la forma de auto-justificarse, de convertir lo que claramente es un acto de egoísmo que va a dejar sus manos manchadas de sangre para siempre en Divina Providencia. Pero, a pesar de su error, a pesar de los horrores que este desata y como él mismo los justifica y participa en estos, Pruitt no es un mal hombre y, al final, tras rozar con los dedos un tipo de divinidad demasiado cara, decide hacerse responsable de sus actos. ¿Qué puede haber más gótico? ¿Más de romántica criatura de la noche?
4. Spike/William Pratt/William el Sangriento (Buffy, Cazavampiros) – Cualquier persona que me conozca sabe que tengo una pequeña, diminuta, minúscula obsesión con este poeta edwardiano fracasado, reconvertido en punkarra británico típico de los setenta-ochenta por sí mismo. Algo que Spike tiene en común con el bueno de Drácula es esa combinación entre maestro de los planes maquiavélicos bastante bien pensados y absoluto payaso con ideas de bombero retirado que ni el menos espabilado de los esbirros estereotípicos imaginables aprobaría. Hay acaba la comparación. Spike se nos presenta directamente como alguien que, cuando busca un rival, busca un igual, alguien que le pueda dar la réplica, entretenerle casi; que se deja guiar por el amor incluso cuando, en teoría, como criatura sin alma no debería sentir (todo, desde el minuto uno de su transformación dice lo contrario…salvo *ese capítulo* del que no voy a hablar porque, como lo haga, sube el pan) …dos elementos de su personalidad que, al combinarse, le darán un dolor de cabeza que marcará el resto de su existencia. Representa, de forma similar a Lestat y, en menor medida, Nadja, ese afán del eterno hijo de la noche de adaptarse a los nuevos tiempos, disfrutar de lo que el mundo tiene que ofrecer; vas a estar aquí eternamente, así que mejor será disfrutar todo lo que se pueda, ¿no? Además, presenta la dicotomía ideal entre quién era como humano (William, este chico tímido y torpe con la autoestima más baja imaginable) y el alter-ego que construye como vampiro (Spike, brutal pero carismático asesino que se ha pasado siglos atemorizando al mundo en un dueto febril con su primer gran amor, Drusilla), reflejando como, en el fondo, la persona que en verdad es siempre ha sido una combinación de ambos; solo ha necesitado unos dos siglos y medio para darse cuenta. Ah, y sabe cantar.
5. Carmilla (Carmilla) – Predecesora del propio Drácula en la literatura gótica, Carmilla es la encarnación perfecta del «sí, es una red flag con patas, ¿y qué?». Vampiresa misteriosa y elegante a la que se le permite ser inteligente y juguetona, que ha tenido incluso una adaptación al Siglo XXI en modo web-serie gratuita muy divertida (y sáfica). No sé si Sheridan Le Fanu era del todo consciente cuando escribió este relato de que estaba, por un lado, sentando las bases de lo que sería un vampiro tradicional de la literatura gótica: esa hermosa criatura maquiavélica que te consume poco a poco, a veces sin que te des cuenta, por la que es imposible no sentir una fascinación casi animal y que gusta de ejercer una crueldad casi juguetona con sus víctimas. Y, por otro, una accidental reivindicación de la voz narrativa de los personajes femeninos; en una historia que les permite ser imperfectos y, con la forma que tienen los hombres en este relato de tomar la palabra, casi haciendo sentir que, quizás, el final para Laura no haya sido tan feliz, haciéndola callar cuán canario enjaulado. Porque ese es el punto: a pesar de los horrores, a pesar de la clara dinámica tóxica y abusiva que se crea entre Laura y Carmilla, Laura parece solo soltarse con Carmilla y, esta, a su modo egoísta e interesado, muestra una atracción real hacia la joven y, por supuesto, todo esto remite a algo que para mí es importantísimo: este relato del Siglo XIX nos da personajes femeninos y queer falibles, como lo podrían haber sido de haber sido hombres y/o cishetero…el tipo de representación que yo, personalmente, más busco. ¡Dadnos más messy icons! Si os animáis a leer la obra, os recomiendo muchísimo la edición de LES Editorial; con maravillosas anotaciones y edición, y nueva y cuidada traducción.
6. Diego «Dio» Brando (Jojo’s Bizarre Adventure) – Para quién haya oído hablar de uno de los mangas (y anime) más «particulares» (
mejores) jamás publicados, pero que no esté en el mundillo…Sí: en Jojo’s hay vampiros. De hecho, todo empieza con vampiros (su primer arco se llama Phantom Blood, así que imaginad…). Sin embargo, no estoy aquí para escribir ríos de código binario traducido por el ordenador a tinta virtual sobre Los Jojo’s (aunque podría), sino para comentar a Dio como personaje. Dio es el claro ejemplo del tropo de «buenos motivos, sigue siendo asesinato»; con un pasado lleno de vejaciones sociales y abusos familiares, por los que decide culpar al mundo y a aquellos más afortunados que él y tratar de «vencerlos» en vez de tratar de mejorar la sociedad que llevó a que el Mundo acabara en este estado. Lo que empieza como una cruzada personal, se acaba disolviendo en unas ambiciones que le reducen al mínimo exponente de sus peores partes conforme el tiempo pasa (esta sigue siendo una combinación tan atractiva como problemática, todo sea dicho). Aquí, me parece que este, en este caso plenamente, genio de los plantes maquiavélicos y la manipulación a diversos niveles, sirve como ejemplo ideal de una de las peores consecuencias de la longevidad extrema que ser un vampiro concede: las partes más humanas de Dio se van perdiendo, aunque hay algo dentro de él que se sigue preservando, pues es capaz de atraer hacia su causa y generar una devoción que, si no, no se podría explicar. Sabe conectar con personas en necesidad de Alguien, su experiencia sigue estando siempre ahí, su halo de criatura de la noche con poderes extra en magnético, su más que agraciado rostro habla por sí mismo, su rabia perpetua es capaz de motivar a ejércitos enteros…todo se combina convirtiéndole en uno de los mayores exponentes de la subclase del «vampiro carismático joputa». Por no hablar de que nadie me va a convencer que lleva toda su existencia enamorado del Jojo original (Jonathan Joestar), por mucho que le odie con igual intensidad.7. Marceline, la Reina de los Vampiros (Hora de Aventuras) – Cualquiera que haya visto más que un par de capítulos casuales de esta serie de animación (o incluso solo con eso, depende de cuáles hayan sido), sabrá de sobras que estamos ante uno de los productos culturales más creativos de nuestra era. En un mundo post-apocalíptico en el que una naturaleza mágica, retorcida y colorida ha tomado el control del planeta, Marceline aparece en un primer momento para representar a la adolescente «no soy como las otras chicas» que muchas personas hemos sido en nuestros tiempos mozos (de ponerme a la Taylor solo cuando me salía de mi perfil de YouTube para que no se me guardara en el historial a verla en Lisboa en vivo con outfit y todo…cómo cambian las cosas, ¿eh?). Solo que, claro, Marceline es una criatura con una longevidad difícil de concebir para la mente humana, que ha pasado por unas situaciones que no le desearía ni a mi peor enemigo y que, conforme más la vas conociendo, más te das cuenta de que tiene muchas más capas que ser meramente una chica EMO «guay» (I’m Just Your Problem es el momento clave en el que se empieza a abrir el melón de todo lo que en verdad es Marceline, incluso para ella misma). Marcy como algunos personajes la apodarán a lo largo de la serie (
lagrimica), demuestra, de forma más light que Dio (o, en general, todos los ejemplos anteriores, salvo el Padre Paul), como, incluso conservando su humanidad, este paso del tiempo tan exageradamente amplio la ha llevado a permitirse hacer ciertas cosas y abstraerse de las supuestas consecuencias morales de otras hasta el punto de alinearla con lo que tradicionalmente sería un villano; incluso si, en este caso particular, estamos claramente ante un personaje «de alineamiento bueno». A esto, sumarle que Marceline trae a colación un elemento que, personalmente, siempre me ha fascinado: como, a pesar de que, incluso en su pseudo-adolescencia en realidad es una adulta con muchísima experiencia vital acumulada, puede seguir metiendo la pata y metiéndose a sí misma en situaciones que resulten destructivas para su propia persona (la trama de su ex…por Dios, esta sería empezó fuerte y dejando claro que no iba a perdornar a nada ni nadie).8. Colin Robinson (Lo que Hacemos en las Sombras) – Algo que tienen en común los vampiros en Hora de Aventuras y esta serie que, como veis, repite en este top es que los vampiros no siempre se alimentan de sangre. En concreto, en el universo de Lo que Hacemos en las Sombras, existen los denominados «vampiros energéticos» (entre otros tipos) que se dedican a drenar de todo deseo de vivir a las personas de su entorno creando las situaciones más desesperantes y/o aburridas imaginables, quitándoles la Energía Vital. En realidad, son tu tío/primo/cuñado/hermano «el Turras», que sabes que, si te coge por banda, te va a relatar la más anodina, larga y soporífera anécdota imaginable. Solo que, en el caso de Colin Robinson, existe una malicia que, vista desde fuera, resulta hilarante. El caso de este vampiro es muy curioso porque, de todo su grupo (y son todos unos piezas), posiblemente sea el más cabrón de todos y, sin embargo, el que menos mal da a sus compañeros. Porque, de nuevo, presenta esta dicotomía de ser una persona deplorable y que ha dejado de lado la empatía más humana que nos caracteriza como especie y genuinamente preocuparse por los suyos (¡e incluso poder enamorarse hasta las trancas!). Además, es en sí mismo la paradoja hecha persona: ser humano más aburrido y anodino imaginable, con comportamientos irritantes y salidas de cuñado de manual y, a la par, carismático e inolvidable desde nuestra posición como audiencia. Por no hablar que su ciclo vital tiene un tinte trágico que, seguro, a los autores de la época de Stoker le hubiera encantado.
9. Alucard (Castlevania) – No iba a dejar solo al pobre Pruitt como único vampiro que se carga con el peso del Cielo en esta lista, ¿verdad? Alucard (aparte de un ejemplo de cómo hacer una de las animaciones más potentes de las últimas décadas) es la encarnación del héroe trágico; condenado desde nacimiento, huérfano (porsupuestísimo) y tratando de vivir la vida del lobo solitario porque considera su naturaleza (en su caso, solo medio vampírica) como una carga, una losa que le impide ver la luz de un buen mañana (y, siendo justos, las pocas veces que se lo permite, la serie tiende a dejarlo en el fango al final). Un personaje que muestra otro tipo de vampiro, el que lucha con uñas y dientes por mantener la totalidad de la Humanidad que sabe debe tener; incluso cuando más se pierde, Alucard es fisiológicamente incapaz de dejarse caer de todo en el Lado Oscuro, incluso si es acosta de nunca poder llegar a ser feliz del todo. Aunque, por fortuna, tiene a gente que están ahí para sacarle del abismo. Porque, os hayáis fijado o no, hay algo muy curioso sobre los vampiros: se les suele identificar como criaturas solitarias de la noche y, sin embargo, rara vez están solos. Siempre buscan compañía, incluso si tan solo es de un familiar del que aprovecharse. Al final, no son sino humanos que han sido expuestos a una realidad existencial que les ha hecho modificar la esencia de su propia alma, pero, a pesar de ello, mantenerla humana en su centro; y Alucard es el mayor exponente de esto.
10. Proinsias Cassidy (Predicador) – Si tuviera un penique por cada vez que he incluido en esta lista a un vampiro que de repente intentó hacerle esa cosa aún más imperdonable que el asesinato a la protagonista femenina sin cuadrar en absoluto con su personalidad solo para alimentar la moralina retrógrada del Bien y el Mal en blanco y negro de su creador…tendría dos peniques, que no es mucho, pero es TRISTE que haya pasado dos veces. Pero bueno, por suerte, con Cassidy solo ocurre en la novela gráfica original y en la serie esto es modificado por el Gran Debate del mundo vampírico: si el regalo que se te ofrece es la vida eterna… ¿es verdaderamente un regalo? (Es mucho más complejo y la situación es peliaguda cuanto menos, pero, sin spoilers, ahí nos lleva la serie con este personaje). En lo que respecta a Cassidy: imaginad al clásico vampiro romántico trágico…pero pasado por un filtro de tu irlandés vividor más estándar posible, con lo que eso conlleva tanto a la hora de relacionarse con otros como para tratar de solventar sus propios traumas. Una nueva perspectiva que, si bien es cierto ahora puede verse como bastante más común, cuando estos cómics se empezaron a publicar no era tan habitual, a pesar de no ser inexistente. Por otro lado, Cassidy es de esos personajes que consigue un equilibrio entre ser una persona genuinamente egoísta y alguien que se preocupa, no solo por sus «amigos» (estas comillas van más por lo poco que considero platónicos sus sentimientos hacia cualquiera de los otros dos protagonistas de este universo), sino por, en líneas generales, cualquier persona que esté SufriendoTM. De nuevo, se trata de un resultado creíble y coherente de haber vivido tanto como él lo ha hecho: su empatía ha crecido tan exponencialmente como su cinismo. Además, Cassidy es divertido y tiene esa elegancia y carisma que solo las personas que son un poco «piltrafilla humana» pueden tener. Eso sí, en lo antes relacionado: a la hora de «consumir» (nunca mejor dicho) a este irlandés con muchos problemas, recomiendo leer el cómic hasta el final de su primer arco (esto es, los cuatro primeros tomos publicados en España, que te dejan con un buen sabor de boca y de haber concluido algo, sin meterse en las problemáticas que vendrán después) y la serie (que, aunque tiene algún derrape y su final no termina de convencerme…es un viaje más que disfrutable).
Ahora: los que casi entraron:
11. Claudia de Lioncourt (Crónicas Vampíricas de Anne Rice) – Nadie describe mejor que ella misma por qué es un personaje tan fascinante: «un fiero vampiro atrapado en el cuerpo de una niña, para siempre» (parafraseo, sorry).
12. Joshua York (Sueño del Fevre) – Técnicamente, según el lore del libro, los vampiros como tales no existen. Pero, a todas vistas, esto son vampiros «biológicos» y la lucha por buscar la forma más humana de vivir de Joshua, junto a su amistad con el Capitán, lo hacen un personaje inolvidable.
13. Eli (Déjame Entrar) – Otro vampiro infantil sin ser para nada un crío. El juego con la inocencia y el género que se hace con esta personita (en español se la trata en femenino, pero en original creo que es bastante más ambiguo y el gender play se puede obserar igualmente) es fascinante. Así como sus dinámicas de poder y peligro…escalofriantes.
14. Olivia Godfrey (Hemlock Groove) – Literalmente, el tropo de «madre que se convierte en villana por el Bien de su familia» combinado con el «vampiro romántico cargado de melancolía que vive en la opulencia». En sus peores momentos esta serie es una locura bastante disfrutable (aunque frustrante en ciertos aspectos) y, en los mejores, es, honestamente, muy buena.
15. David (Jóvenes Ocultos) – A ver, jamás echaré la culpa a los protagonistas «blanditos» (digooo humanos) de esta película por creer que era el líder de su grupito de vampiros. Entre su carisma, lo sumamente hijo de la gran p… que es y, de nuevo, el hecho de que, a pesar de ello, es capaz de mostrar genuino afecto hacia los suyos… ¿Cómo no pensarle «protagonista»?
*Mithras (Vampiro: La Mascarada) - Nada, que nos está tocando mucho las partes nobles en nuestra partida de Vampiro.
*Count Von Count (Barrio Sésamo) – Había que incluirlo, infancia. Además, carisma no le falta y su nombre es el mejor juego de las palabras ever. ¡Y es educativo!
En mi orden particular hubiese puesto primero al conde y luego Nadja, pero yo es que soy mas viejuna y el conde me marcó la infansia. Gracias por compartir este articulo !